Skip to main content

Ya no hay ninguna duda desde el punto de vista científico, lo que vivimos de niños tiene una influencia clave en situaciones de nuestra vida de adultos.

Y más concretamente, muchos de los aspectos relacionados con la salud y con las emociones están determinados por experiencias acontecidas en el inicio de la vida, las cuales tienen un efecto considerado de tipo “programante”.

Pero en este caso, podemos utilizar la palabra “programar” en el sentido relacionado con lo que es automático o inconsciente, no así con lo que podría ser un determinismo total.

Es que la mayor parte de las decisiones y de los condicionantes con los que afrontamos la vida están en nivel de lo inconsciente, en el cual las experiencias que tenemos de bebés o de niños pueden tener una importancia fundamental.

Primera etapa de la programación: el período prenatal

La experiencia del embrión y del feto, durante los nueve meses de embarazo, tendrá influencia en la proyección de la vida, tal como ha sido documentado a través de diferentes investigaciones científicas.

Un ejemplo: el estrés de la madre durante el embarazo puede tener influencia en la regulación del estrés del niño después de nacer.

Otro ejemplo: hay estudios según los cuales la generación de niños que padeció hambruna durante la posguerra registró una alta tasa de adultos fallecidos por enfermedades cardiovasculares y excesos en la alimentación, como si hubiera estado programada metabólicamente para un mundo en el cual no había suficientes alimentos.

Y en relación con el aspecto genético y con la experiencia misma, se puede decir que las vivencias de antes de nacer pueden ser las más determinantes de la vida.

Segunda etapa de la programación: desde el nacimiento y hasta los 4 meses

Es una etapa especialmente programante, durante la cual el bebé es muy dependiente de su madre, no tiene autonomía, presenta movimientos altamente automáticos, y no tiene intencionalidad.

¿Cuánto ha sido movido? ¿Cuánto ha sido tocado? ¿Cuánto ha sido amado? Son factores vinculados con esta etapa que tendrán una influencia importante en el futuro.

Tercera etapa de la programación: hasta los 15 meses

Este período se extiende entre el nacimiento y el momento en el cual el niño empieza a desplazarse andando. Durante esos meses se construyen las características de sus movimientos generales de cuerpo, precisión y coordinación gruesa.

Cuarta etapa de la programación: hasta los 4 años

Es la etapa durante la cual se programa una parte del lenguaje y, de acuerdo a muchos investigadores, también se define la personalidad.

 

Lo que es muy curioso es que estas 4 ventanas son momentos que el niño no va a recordar cuando sea adulto. Pocas personas tienen recuerdos de esos años.

Los padres deben poner mucha atención en el inicio de la vida y conocer las etapas por las cuales va a pasar el bebé. También deben cuidar mucho el embarazo a nivel emocional y bioquímico y en lo que tiene que ver con el movimiento.

Es aconsejable disfrutar de cada momento del embarazo y del inicio de la vida del niño, viviendo esos períodos de la forma más consciente posible. Es verdaderamente precioso acompañar a un hijo o a una hija en cada una de estas etapas.

Leave a Reply