Algunos bebés toman más tiempo que otros en ir cumpliendo con las etapas del desarrollo. Hay bebés que empiezan a caminar entre los 10 y los 15 o 16 meses. Es normal entender a los padres que se preocupan si sus hijos están entre los que más se demoran. Pero lo importantes a tener en cuenta es si el bebé gatea y puede estar sentado. En esos casos, no debe haber preocupación si el niño está por debajo de los 16 meses. Pero si el bebé no gatea o pasa que le cuesta mantener la cabeza erguida cuando está sentado, es mejor consultar con el pediatra o recurrir a la ayuda de un fisioterapeuta especializado.
- Mi bebé tarda en empezar a caminar ¿Qué debo hacer?
- ¿Es normal que mi hijo no muestre habilidad para ninguno de los deportes que practica en la escuela?
- ¿Qué pasa si mi hijo no logra el equilibrio adecuado con la bicicleta?
- Mi hijo no logra concentrarse en la escuela y se muestra muy inquieto ¿Qué puedo hacer?
- Cuando trato de hacerlo bajar las escaleras, mi niño muestra alguna dificultad para hacerlo ¿Debo preocuparme?
- Mi hija, de casi 9 meses, tiene dificultades cuando intenta gatear. Yo la incentivo para que lo haga, pero no logró buenos resultados ¿Debo preocuparme?
- Mi nena tiene casi 3 años e insiste para que la lleve en el carrito ¿hasta qué edad puedo hacerlo?
- Mi hijo está promediando la escuela primaria y no logra tener una buena letra ¿Qué puedo hacer para ayudarlo?


Si tu hijo no muestra habilidad para los deportes es posible que pueda tener dificultades para controlar y mover su cuerpo y que necesite una evaluación de su desarrollo por parte de un fisioterapeuta pediátrico, preferiblemente experto en TMPI (Terapia Manual Pediátrica Integrativa) para facilitarle las actividades que un niño debería tener, que son la capacidad de jugar y jugar con otros con movimiento.

Si tu hijo tiene dificultades con la bicicleta, puede ser un signo de trastornos en el desarrollo. En particular, aspectos ligados a tensiones en el cuello, problemas de visión y equilibrio. Se trata de algunos de los signos más habituales en trastornos del desarrollo y pueden ser muy bien tratados y mejorados con la ayuda de fisioterapia especializada.

Lo primero que debes tener en cuenta es que la escuela, a veces, es un lugar duro para los niños. Ellos necesitan movimiento y experiencia con su cuerpo y en muchos casos tienen dificultades para estar quietos en una silla y delante de una mesa, recibiendo una información casi única por la vía de la visión y la audición. Los niños con dificultades del desarrollo, tanto a nivel del control de su cuerpo o en el aspecto visual y auditivo, pueden tener dificultades para estar quietos y mantener la atención. Y eso, obviamente, puede afectar a sus resultados escolares. Cuando eso se presenta es muy importante no utilizar las etiquetas y buscar ayuda para comprender el funcionamiento y ayudarlo dándole las herramientas para que pueda desarrollar todo su potencial.

Bajar las escaleras no es tan fácil como parece. Uno de los signos típicos de los problemas de coordinación y desarrollo es la alternancia de los pasos al hacerlo. Además, la visión tiene que informar claramente el volumen de los peldaños y del espacio, cosa que también es difícil para algunos niños. En ese caso, hay que buscar ayuda para entender cómo funciona el niño y hacer una evaluación y una intervención que seguramente va a ayudar muchísimo a que pueda conseguirlo.

Si tu hija de 9 meses tiene dificultad para gatear, un aspecto interesante sería observar si se mueve de una forma particular, por ejemplo, con una pierna por fuera, o si le falta un poco de fuerza en el cuerpo. Es posible que podamos hacer ejercicios de moverla mucho más, bailar con ella en brazos, y hacer más movimientos, para que pueda ganar fuerza. Y también ponernos nosotros mismos en el suelo con ella y que las actividades sean en el suelo y no en una mesa. Además, tratar de acostumbrarnos a ponerla boca abajo en el suelo y no directamente sentada.

Hay un dicho que tenemos los profesionales que es: el porteo es para los niños y el carrito es para los padres. Es una forma de entender que el carrito es un invento que da mucho confort y facilita la vida de los padres, pero no es lo que más necesitan los niños. Eso para el caso de un bebé. ¡Pero atención!…. Si estamos hablando de un niño de 3 años, absolutamente tendría que estar caminando juntos a los padres. El carrito debe desaparecer a alrededor del año y medio, o máximo dos años. El niño debe acostumbrarse a caminar. Podemos llevarlo en brazos de vez en cuando, pero debe caminar de la mano con los padres, Habituarse a caminar es fundamental. Mantener a un niño de 3 años en un carrito (o con un chupete) dificulta enormemente su desarrollo. Por desconocimiento, a veces, lo hacemos sin darnos cuenta de sus consecuencias.

La calidad de la letra de un niño en su escritura es algo que nos está mostrando cuál es su desarrollo y cuál es el control de su cuerpo y sus manos. Incluso, puede ser signo de problemas en el cuello y problemas visuales. La buena letra es el resultado del hábito de escribir y también de la maduración del niño y del buen desarrollo de sus sistemas. Tenemos que intentar ver cómo el niño está construyendo su desarrollo. Hay que estar atentos a si el cuello tenía alguna limitación o una tortícolis cuando era bebé y, en algunos casos, se recomienda hacer una evaluación más en profundidad.
Preguntas frecuentes
Mi bebé tarda en empezar a caminar ¿Qué debo hacer?

Algunos bebés toman más tiempo que otros en ir cumpliendo con las etapas del desarrollo. Hay bebés que empiezan a caminar entre los 10 y los 15 o 16 meses. Es normal entender a los padres que se preocupan si sus hijos están entre los que más se demoran. Pero lo importantes a tener en cuenta es si el bebé gatea y puede estar sentado. En esos casos, no debe haber preocupación si el niño está por debajo de los 16 meses. Pero si el bebé no gatea o pasa que le cuesta mantener la cabeza erguida cuando está sentado, es mejor consultar con el pediatra o recurrir a la ayuda de un fisioterapeuta especializado.
¿Es normal que mi hijo no muestre habilidad para ninguno de los deportes que practica en la escuela?

Si tu hijo no muestra habilidad para los deportes es posible que pueda tener dificultades para controlar y mover su cuerpo y que necesite una evaluación de su desarrollo por parte de un fisioterapeuta pediátrico, preferiblemente experto en TMPI (Terapia Manual Pediátrica Integrativa) para facilitarle las actividades que un niño debería tener, que son la capacidad de jugar y jugar con otros con movimiento.
¿Qué pasa si mi hijo no logra el equilibrio adecuado con la bicicleta?

Si tu hijo tiene dificultades con la bicicleta, puede ser un signo de trastornos en el desarrollo. En particular, aspectos ligados a tensiones en el cuello, problemas de visión y equilibrio. Se trata de algunos de los signos más habituales en trastornos del desarrollo y pueden ser muy bien tratados y mejorados con la ayuda de fisioterapia especializada.
Mi hijo no logra concentrarse en la escuela y se muestra muy inquieto ¿Qué puedo hacer?

Lo primero que debes tener en cuenta es que la escuela, a veces, es un lugar duro para los niños. Ellos necesitan movimiento y experiencia con su cuerpo y en muchos casos tienen dificultades para estar quietos en una silla y delante de una mesa, recibiendo una información casi única por la vía de la visión y la audición. Los niños con dificultades del desarrollo, tanto a nivel del control de su cuerpo o en el aspecto visual y auditivo, pueden tener dificultades para estar quietos y mantener la atención. Y eso, obviamente, puede afectar a sus resultados escolares. Cuando eso se presenta es muy importante no utilizar las etiquetas y buscar ayuda para comprender el funcionamiento y ayudarlo dándole las herramientas para que pueda desarrollar todo su potencial.
Cuando trato de hacerlo bajar las escaleras, mi niño muestra alguna dificultad para hacerlo ¿Debo preocuparme?

Bajar las escaleras no es tan fácil como parece. Uno de los signos típicos de los problemas de coordinación y desarrollo es la alternancia de los pasos al hacerlo. Además, la visión tiene que informar claramente el volumen de los peldaños y del espacio, cosa que también es difícil para algunos niños. En ese caso, hay que buscar ayuda para entender cómo funciona el niño y hacer una evaluación y una intervención que seguramente va a ayudar muchísimo a que pueda conseguirlo.
Mi hija, de casi 9 meses, tiene dificultades cuando intenta gatear. Yo la incentivo para que lo haga, pero no logró buenos resultados ¿Debo preocuparme?

Si tu hija de 9 meses tiene dificultad para gatear, un aspecto interesante sería observar si se mueve de una forma particular, por ejemplo, con una pierna por fuera, o si le falta un poco de fuerza en el cuerpo. Es posible que podamos hacer ejercicios de moverla mucho más, bailar con ella en brazos, y hacer más movimientos, para que pueda ganar fuerza. Y también ponernos nosotros mismos en el suelo con ella y que las actividades sean en el suelo y no en una mesa. Además, tratar de acostumbrarnos a ponerla boca abajo en el suelo y no directamente sentada.
Mi nena tiene casi 3 años e insiste para que la lleve en el carrito ¿hasta qué edad puedo hacerlo?

Hay un dicho que tenemos los profesionales que es: el porteo es para los niños y el carrito es para los padres. Es una forma de entender que el carrito es un invento que da mucho confort y facilita la vida de los padres, pero no es lo que más necesitan los niños. Eso para el caso de un bebé. ¡Pero atención!…. Si estamos hablando de un niño de 3 años, absolutamente tendría que estar caminando juntos a los padres. El carrito debe desaparecer a alrededor del año y medio, o máximo dos años. El niño debe acostumbrarse a caminar. Podemos llevarlo en brazos de vez en cuando, pero debe caminar de la mano con los padres, Habituarse a caminar es fundamental. Mantener a un niño de 3 años en un carrito (o con un chupete) dificulta enormemente su desarrollo. Por desconocimiento, a veces, lo hacemos sin darnos cuenta de sus consecuencias.
Mi hijo está promediando la escuela primaria y no logra tener una buena letra ¿Qué puedo hacer para ayudarlo?

La calidad de la letra de un niño en su escritura es algo que nos está mostrando cuál es su desarrollo y cuál es el control de su cuerpo y sus manos. Incluso, puede ser signo de problemas en el cuello y problemas visuales. La buena letra es el resultado del hábito de escribir y también de la maduración del niño y del buen desarrollo de sus sistemas. Tenemos que intentar ver cómo el niño está construyendo su desarrollo. Hay que estar atentos a si el cuello tenía alguna limitación o una tortícolis cuando era bebé y, en algunos casos, se recomienda hacer una evaluación más en profundidad.